«Estaba tan enganchada al sexo que llegué a perder el rumbo de mi vida»

Perdida y sin rumbo, totalmente descorcentada y con un unico objetivo diario en su vida: practicar sexo y cuanto mas mejor. Asi es como se sentia la anónima protagonista de nuestro artículo de hoy. La llamaremos Marta unicamente para ilustrar al lector. Marta es una mujer de negocios de relativo éxito, casada, con dos hijos y residente en Madrid. Aburrida de la monotonia en su vida matrimonial en la que practicamente unicamente quedaba el amor y el cariño de tantos años juntos con esa persona (que no es poco, dicho sea de paso) un dia no puede evitar caer en la tentación y hacer realidad lo que hasta ese momento eran meras fantasias en su mente.

Consumidora habitual de porno en internet, Marta comenzó a frecuentar ciertas webs de contactos para tener aventuras discretas en su ciudad. «Mis primeras experiencias con internet se basaban en mera curiosidad, me gustaba mirar porno gratis diario desde mi móvil y masturbarme con los videos que veia. Me calmaban mis tentaciones y hacia mucho mas llevadero mi dia a dia», nos cuenta Marta. De estos primeros escarceos en la red fue pasando rápidamente a contactar con hombres anónimos con los que llegaba incluso a tener relaciones cibernéticas de sumisión, masturbarse juntos mirando videos e incluso con videochat por skype y otras herramientas de comunicación.

«Sin embargo poco a poco notaba que necesitaba mas. Hasta que comencé a plantearme el quedar en persona con alguno de mis contactos y hacer en persona todas las cosas que tanto me excitaban en internet». Cuando Marta se quiso dar cuenta estaba en una espiral de sexo sin limites en la que se veia cada mes con mas de 5 o 6 hombres diferentes para practicar toda clase de perversiones sexuales. «No tarde en darme cuenta de que en realidad podia ser ninfómana pero lo que mas me preocupaba es que nunca habia necesitado esta necesidad por el sexo con mi marido».

«Cuando me quise dar cuenta estaba totalmente enganchada al sexo, descuidando mi trabajo, a mis hijos, a mi marido y a todo mi entorno. Sin freno. Hacia cosas increibles, de pelicula, para cuadrar las citas y atender a los deseos y órdenes de mis amantes. Habia perdido el rumbo por completo». Gracias a la ayuda psicológica Marta pudo superar su adicción al sexo pero tuvo que pagar un precio que en ocasiones es bastante común en este tipo de casos: la pérdida de su pareja.  «Mi marido acabó pillándome y ahi fué cuando abrí los ojos y decidí buscar ayuda psicológica para enderezar mi vida».

Y es que el sexo puede ser muy placentero y divertido pero caer en un consumo excesivo y obsesivo de xxx pornogratisdiario.com/xxx/ de calidad en internet tiene unos riesgos psicosomáticos muy peligrosos. Es fundamental buscar ayuda para aprender a mirar la vida desde otro punto de vista y comprender las verdaderas prioridades que nos hacen felices. No dudes en buscar ayuda si conoces a alguien con estos problemas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *